En todo traumatismo hay un proceso de recuperación y una inflamación, debido a los mediadores de la inflamación, los vasos linfáticos están “enlentecidos”. Con el drenaje linfático manual podemos ayudar a “desbloquear” ese enlentecimiento, el edema de la zona disminuye, el espacio de tránsito mejora y por tanto el tejido tiene menos estrés, disminuyendo así la posibilidad de infecciones y los problemas de curación, además de disminuir el dolor.
Por todo esto, en casos de traumatismo o tras intervenciones quirúrgicas, el drenaje linfático manual es una herramienta que ayuda a la recuperación del paciente.
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